El trastorno del ciclo es, por tanto, la característica de esta etapa. Resulta de la disfunción del ovario, donde la producción hormonal no sigue las pautas cíclicas de la vida fértil y expone al endometrio a estímulos discordantes/desequilibrados de estrógenos y progesterona. Junto a la irregularidad en el sangrado, y por el mismo desgaste de la función ovárica, muchas mujeres se quejan también de sofocos y otros síntomas descritos en la posmenopausia. Además, la mayoría de ellas se muestran preocupadas por las repercusiones futuras que estos hechos puedan ocasionar en su salud.
La franja de edad en la que ocurre la perimenopausia suele establecerse entre los 40 y 54 años de edad.
• Según los datos del Instituto Nacional de Estadística de enero de 2011 (http://www.ine.es/), en España hay una población de más de
4 millones de mujeres que se pueden encontrar dentro del período de la perimenopausia, lo que supone más de un 12 % de toda la población femenina de nuestro país.
Asociados a los sofocos y a la disfunción hormonal de la perimenopausia, se justifican otros síntomas: psicológicos, trastornos del
sueño, irritabilidad, síndrome premenstrual, alteraciones de estado del ánimo, cambios en la piel, alteraciones musculo-esqueléticos, trastornos del equilibrio y sequedad vaginal.